Hablar de democracia y cultura desde la realidad de
Latinoamérica y específicamente en el marco colombiano supone el reconocimiento
de una crisis histórica, una construcción política débilmente constituida sobre
bases de intereses personales, dinastías de poderes mal logrados y erróneamente
gerenciados y de un pueblo desconocedor de su propia historia y por ende
victima de ella.
En el caso colombiano podemos encontrar una sociedad
con una amplia variedad cultural que se evidencia principalmente en las grandes
ciudades, puntos de encuentro de las diferentes regiones y por tanto de
multiplicidad de expresiones culturales que nos constituyen como Nación, la
pregunta que surge entonces es cómo se encuadran estas diversas tradiciones
culturales en la constitución de una realidad política supuestamente enmarcada
en la democracia, pero fríamente cercana a esta forma de gobierno, históricamente
en nuestro medio lo mejor es lo más fácil, mejor aún si corresponde a unos
intereses particulares de una pequeña porción de la comunidad, yo diría que la
historia colombiana se ha cimentado en una cultura de la supervivencia. Si
revisamos los episodios más significativos de la historia colombiana con la
cual se nos ha educado (que por cierto no corresponde a la realidad completa)
nos encontramos con la búsqueda de la supervivencia, no de la construcción
social; quien tiene el poder debe sobrevivir a él pero quien ansía tenerlo lo
hace aún a costa del bien común. Las vías de hecho han sido un medio más
sencillo de construcción social que el reconocimiento y legitimación de unas
vías de derecho, de verdadero ejercicio de la democracia.
Difícilmente se logra ubicar en la historia de
Colombia gobiernos realmente democráticos, “Elegir y ser elegido” supone la
definición de democracia más popular, donde elegir en nuestra cultura se
entiende en el intercambio de un voto por un beneficio mínimo como una camiseta,
un tamal o una caja de fósforos con la foto del candidato, se elige sin conocer
un plan de gobierno, una propuesta de desarrollo o por lo menos la hoja de vida
del candidato, peor en los pueblos donde las elecciones se enmarcan en la
intimidación, la represión y la violencia, familias hegemónicas donde dinastías
enteras ostentan los cargos públicos e incluso se cometen crímenes de estado
para callar a los líderes auténticos que surgiendo de los intereses del pueblo
intentan ser una opción nueva en medio de esas formas de ejercer el poder.
Por todo lo anterior surge la necesidad de una
educación en la cultura y la democracia, somos un pueblo desconocedor de la
historia lo cual conlleva a una pérdida de las raíces, a las nuevas
generaciones pareciera más cómodo identificarse con iconos extranjeros que nos
llegan gracias a fenómenos como la globalización que reconocer nuestras raíces
indígenas y en medio de este consumismo desenfrenado no solo de bienes
materiales sino de ideologías, culturas externas y modelos que no corresponden
a los intereses reales del pueblo, la política parece ser tema únicamente de
las noticias que a medias dejan entrever las situaciones de corrupción,
clientelismo y delitos sistemáticos.
En la medida en que cada uno de los ciudadanos nos
sintamos responsables de la construcción democrática podremos involucrarnos y
pedir mayor transparencia en los procesos desde las estructuras más cercanas
como las JAL, las alcaldías locales y demás órganos de representación, mientras
tanto veremos cómo continúa el mercado electoral repartido entre los herederos
de las familias de tradición, los politiqueros de siempre, los que fácilmente
confunden política con fama como actores, deportistas, periodistas y otras
figuras de la farándula frente a las cuales me pregunto cuanta formación en
aspectos relacionados con el gobierno se les solicita para llegar a ser los
representantes del pueblo y por último un grupo minoritario de intelectuales
que parecieran ser la opción más coherente con los ideales de la democracia
pero quienes fácilmente son acallados por la misma maquinaria existente,
mientras no seamos responsables de nuestra propia historia difícilmente seremos
responsables de nuestro futuro.
MARTHA HERNÁNDEZ - 52791107
MARTHA HERNÁNDEZ - 52791107
Aqui se puede destacar que la construcción de política y democracia aún se ven sometidas a intereses particulares, de poder, capitalistas.. económicos.. que no permiten un progreso y desarrollo de Colombia. A con tinuación los invito a ver este video que recrea la realidad de nuestra democracia..
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=PkgE64LkCI4&feature=related
por
Danny Rocio Salamanca
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