miércoles, 18 de abril de 2012


Ortega Ordóñez, Ximena Alexandra; Villamarín Martínez, Francisco Javier
POLÍTICA, ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN AMÉRICA LATINA: BREVE ANÁLISIS DE
LOS CAMBIOS EN LA RELACIÓN ESTADO, MERCADO Y SOCIEDAD EN MÉXICO Y
COLOMBIA A PARTIR DE LOS AÑOS 80
Semestre Económico, vol. 12, núm. 23, enero-junio, 2009, pp. 133-146
Universidad de Medellín
Colombia

Universidad de Medellín
Colombia


CAMBIOS EN LAS DIMENSIONES ESTADO,

MERCADO Y SOCIEDAD EN COLOMBIA


Al igual que el resto de América Latina, estas

tres dimensiones en Colombia han sufrido transformaciones

significativas en los últimos 25 años. Pero

uno de los rasgos que vuelve su análisis complejo y

particular es que dichos cambios estuvieron acompañados

durante este tiempo por la agudización

del conflicto armado entre el ejército y los grupos

al margen de la Ley y el narcotráfico, así como las

consecuencias políticas, económicas y sociales que

dichas confrontaciones han traído consigo, y que

aún se pueden sentir.

Con relación al Estado, los años 80 son el escenario

de la apertura democrática puesta en marcha

por el presidente Belisario Betancur

8, con la cual se


iniciaron los procesos de descentralización política

y territorial, y donde la sociedad ganó espacios de

participación en los asuntos públicos y estatales.

Estas tendencias ganan un piso jurídico y normativo

con la Constitución Política de 1991, con la que se

consolida el proceso de modernización política en

el país, institucionalizando el Estado de derecho,

el respeto y vigilancia de los derechos fundamentales,

la autonomía política y administrativa de las

unidades territoriales, las instituciones oficiales y

las ramas del poder público.

Sin embargo, el clientelismo, la corrupción y la

primacía de intereses particulares no han desaparecido,

y en los últimos años, especialmente desde

los 90, se las puede apreciar en dos sentidos: las

que reproducen prácticas del viejo modelo desarrollista

tradicional (la individualización del gobierno),

y las reformas estatales motivadas por intereses

económicos.

Desde la primera perspectiva, desde la década

de los 70, época en que finaliza el régimen del Frente

Nacional, hasta los gobiernos recientes, según

Restrepo (2006, p. 48), los presidentes colombianos

han privilegiado y personalizado su poder, operando

al margen de los partidos políticos y los principios

constitucionales. Es decir, han administrado el

país violando los principios fundamentales de la

democracia, valiéndose de todo tipo de artimañas

clientelistas, corruptas y excluyentes que han

agudizado la crisis social y política de la nación.

En ellas, también, se han infiltrado intereses del

narcotráfico, la guerrilla y el paramilitarismo, dando

lugar a crisis políticas como el proceso 8.000 y, en

tiempos recientes, la parapolítica.

En lo referente al segundo aspecto, desde los

años 90 el paquete de reformas

9 que el gobierno


puso en marcha para frenar la crisis institucional,

ocasionada por el cambio de modelo económico

operado en el último gobierno del Frente Nacional,

y por la agudización de la violencia y el narcotráfico

a finales de los 80, en lugar de solucionar el problema

de desorganización estatal, y de atender las

necesidades de la población, lo que produjo fue

una agudización de estos conflictos. Estas reformas

fueron paliativos que permitieron un mejoramiento

de los indicadores macroeconómicos, pero que,

paradójicamente, dejaron una crisis social que aún

no se ha podido atender.

Por otro lado, respecto al mercado, al igual que

en México y que en el resto de América Latina, el

cambio más importante es que Colombia ha en
trado en una economía globalizada a partir de los

90. Se pasa de un modelo intervencionista a otro,

sujeto a la competencia internacional, con el cual

se espera alcanzar un mayor crecimiento, sobre la

base de un sector exportador dinámico. Esta reforma

económica le resta posibilidades de éxito a la

producción industrial nacional, y abona el terreno

para la privatización de las empresas de servicios

públicos del Estado, y para la marginalización de

la sociedad.

Como en México, debido a los saldos negativos

en la balanza de pagos, por la necesidad

de equiparar las ventajas comparativas y competitivas

con el mercado internacional, y por la

urgencia de atender la problemática interna signada

por el desempleo, la violencia, la pobreza,

y el desplazamiento, el país se ha visto obligado

a solicitar créditos a la banca internacional, y a

pedir ayudas financieras, especialmente a Estados

Unidos, lo que ha incrementado el monto de su

deuda externa. Colombia durante este período ha

estrechado sus vínculos comerciales con algunos

países, formando, como se dijo anteriormente,

bloques defensivos para palear las adversidades

que plantea la competencia desigual de la economía

globalizada. En los últimos tiempos, está en

proceso y discusión la firma de un Tratado de Libre

Comercio (TLC) con Estado Unidos, lo que, según

la opinión de los expertos, sumirá al país en una

crisis social y económica mucho más profunda.

Finalmente, la sociedad muestra bastante

dinamismo en esta época de transformaciones.

Desde los años 90 en Colombia, los movimientos

sociales se han orientado más hacia la defensa de

las identidades culturales y la política, que hacia las

reinvidicaciones de orden económico y de clase,

como era tradicional en otros tiempos en el país.

Como dice Archila (2006, p. 265), los grupos de la

sociedad presentan expresiones “
policlasistas”, motivadas

fundamentalmente por el recrudecimiento

de la violencia armada en el campo, la defensa de

los derechos humanos, la transformación en las

formas de participación ciudadana, la falta de cumplimiento

de compromisos estatales, y la mutación

de identidades culturales tanto en el campo como

en la ciudad, entre otros.

Esta tendencia, más que un riesgo para el orden

social nacional, es una oportunidad, primero, para

estrechar los lazos entre el Estado y la sociedad

civil, y, segundo, para ampliar los horizontes de

lucha y de maduración de procesos organizativos;

aspectos que renuevan la política y le brindan al

país la posibilidad de alcanzar mundos mejores.

Sin embargo, según Archila (2006, p. 285)
(…) aún

es muy temprano hablar de quiebres históricos o de nuevas

eras en la movilización social
Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=165013122007”.

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